Recomendación: Mi vida sin mí

 A mí me gustó, espero que a tí también

 

Recomendación: MI VIDA SIN MI

 

Lo siento, no lo he podido evitar. He vuelto a la senda del cine deprimente en esta sección. Parezco el guionista de Precious, sólo pensando en temas tristes y en desgracias. Sino dime tú cómo se le ocurrió a este sujeto escribir una historia sobre una chica muy obesa, residente en un suburbio, discriminada por ser de raza negra, no demasiado lista, maltratada continuamente por su madre, embarazada para más inri y (por fín acabo) con problemas de salud. 

Menos mal que la película que aquí nos ocupa ni se acerca a semejante suplicio que te dejaba un mal cuerpo de aquí te meneo. Y eso que Mi vida sin mí puede resultar desalentadora.

A punto de cumplir diez años, el film de Isabel Coixet fue uno de los más celebrados de 2003. Rodada en inglés y con un reparto de auténtico lujo (incluída Leonor Watling por parte patria), fue nominada a diversos premios en europa. En en los Goya, por ejemplo, ganó el galardón a mejor guión adaptado y a mejor canción. Aunque quienes otorgan los reconocimientos suelen equivocarse, en esta ocasión coincido con ellos 100%. Lo mejor de Mi vida sin mí es su guión y por ende, su historia. 

Y eso que la trama es de lo más sencilla: Ann es una joven que no llega ni a los treinta pero que ya está casada y tiene dos hijas. Un buen día le diagnostican un tumor incurable que le ganará la batalla en tres meses a lo sumo. A partir de ese instante la protagonista planeará el tiempo que le resta para hacer todo aquello que considera pendiente y asegurarse de que su familia seguirá siendo feliz cuando ella ya no esté. 

Alguien que no la haya visto pensará, y con razón, que es una de esas cintas en las que lloras como un poseso. Sin embargo, no es así. No porque no haya escenas emotivas o tristes. Pero quizás, al igual que Ann, acabas aceptando su destino y entendiendo el por qué de sus actos. Aunque pueda parecer raro, en algunos momentos llega a ser un film alegre y hasta esperanzador, a pesar de su temática.

Porque al fin y al cabo qué es la vida sino aquellos momentos que hacen que valga la pena. Al menos aquí la protagonista tiene "la suerte" de poder despedirse de sus seres amados y aprovechar cada segundo como si fuera el último. Una de las mejores reflexiones que te ronda la cabeza una vez acabas su visionado es: ¿será ésa la única forma de vivir plenamente?, ¿conseguiremos llegar a saber lo que tenemos antes de que lo perdamos? 

Sí sí, si os doy la razón. Suena bastante ñoño, pero muchas de las fantásticas escenas que nos ha regalado su directora te dan ganas de imitar a Ann; con la suerte, en nuestro caso, de que no sabemos dónde está el final del camino.  

Una vez expulsado el "yo profundo" que se había apoderado de mí, es momento de desearos que Mi vida sin mí os transmita esas sensaciones también a vosotros y como consecunecia, sigáis confiando en mis recomendaciones. De lo contrario entenderé que huyáis de esta sección más rapido que Matt Damon de  la saga de Jason Bourne. Normal, viendo la cuarta entiendo su decisión.