lunes, 15 de julio de 2013

Las 10 obras maestras de Pixar

Dibujos escandalosamente buenos

Las 10 obras maestras de Pixar



Ay, ay, ay. Si es que el ser humano es incorregible. ¿Por qué cuando alguien tiene éxito siempre hay quien se empeña en que acabe en fracaso? Que se lo pregunten, si no, a Pixar. La factoría del flexo fue durante 10 años inmune a esas voces insidiosas que aprovechan un momento de flaqueza para echar por tierra todo lo conseguido hasta entonces. Pero en 2006 estrenó Cars y permitió que dichas voces se pusieran manos a la obra. Claro, que éstas se quedaron en simples susurros debido a que la compañía encadenó 4 maravillas a continuación. 
¿Y entonces? Pues cometieron el mayor error en sus 20 años de historia: hacer en 2011 una secuela de Cars, su film más flojo, cosechando aún peores resultados que con la primera. Aunque el público colocó a la cinta entre las más taquilleras de su año, la verdad es que no salió dando palmas del cine. Más bien todo lo contrario. Por no hablar de los críticos, que alcanzaron el éxtasis cargando las tintas contra una película que es unánimemente considerada como el único fracaso artístico de la compañía.

La verdad es que tampoco era tan mala. De hecho no son mucho mejores Madagascar (con un doblaje encabezado por Belén Rueda y Alexis Valdés que simplemente es atroz) o Shrek 4, uniéndose a la moda de destrozar trilogías cual Indiana Jones.

Y es que nos han mimado tanto con cada film que han estrenado, que en cuanto el nivel ha bajado un poco, hemos pillado esa rabieta que a todo niño le da de vez en cuando hasta que su papá/mamá le suelta una buena galleta... bueno, en estos tiempos tan políticamente correctos hasta que le piden amablemente al mocoso en cuestión que se desenfade.

La culpa de esa mala costumbre son 10 obras maestras que forman parte de la historia del séptimo arte y que son consideradas clásicos modernos incluso por los detractores del cine de animación, quienes ven en los films de "dibujos animados" obras menores. ¿Cuál es la mejor para ti?





1- Toy Story (1995)


La primera y más "rudimentaria" creación de la compañía, pero no por ello menos buena. Cuando se estrenó hace casi 20 años se convirtió en un fenómeno mundial y cambió para siempre las reglas del cine de animación. No sólo por su revolucionaria apuesta visual, sino por una historia original, fresca, apasionante y directa al corazón del niño que todos llevamos dentro. Yo hasta desee que cobrara vida la cabbage patch kid de mi hermana, con ese pelazo que tenía y a pesar de lo fea que era.
Y qué decir de sus dos protagonistas, Woody y Buzz Lightyear, dos inolvidables personajes convertidos en iconos por derecho propio. La forja de su amistad es una de las moralejas que mejor se han grabado en la retina de toda una generación. Ellos comenzaron a cimentar una reputación que Pixar ha llevado hasta el infinito y más allá.




2- Bichos (1998)


Muchos la consideran una obra menor, pero es que es muy difícil destacar entre tanta joya. Es algo así como el patito feo de esta lista, lo cual no deja de ser bueno porque ya sabemos en qué se acaba convirtiendo el animalito en cuestión. Encima, coincidió en el tiempo con Antz, otro largometraje centrado en una hormiga que resultó ser más adulto y ácido pero mucho menos exitoso.
Estamos ante uno de ésos casos en el que los secundarios se comen la pantalla con su presencia. La desastrosa compañía de teatro compuesta por una mariquita, un insecto palo y una oruga, entre otros, ofrece los mejores momentos y hace que uno desee que la hormiga protagonista sea aplastada por un humano para poder seguir disfrutando de ellos. Cierto es que quizás fuera un poco gore para una producción de este tipo.




3- Toy Story 2 (1999)


Con sólo dos producciones a sus espaldas, Pixar se apuntó a esa indeseable moda de las secuelas. Y lo hizo jugando sobre seguro. Vale, ya sé que todos estábamos deseando volver a ver a aquéllos juguetes pero... ¿os tengo que recordar qué ocurrió con las secuelas de El Rey León, Aladdin o Pocahontas? Pues en el caso de ésta última, toda una generación de niñas quedó traumatizada cuando la libertina de Pocahontas deja a John Smith por otro tío mucho más soso. Bienvenidos a Disney en modo Gossip Girl.
Menos mal que en esta ocasión Woody y Buzz no acabaron encamados o algo más bizarro todavía. Para ser una segunda parte, hizo justicia a la original y aumentó las dosis de aventura y diversión haciéndonos olvidar uno de los guiones más discretos de la casa. A pesar de que la principal incorporación (la vaquera Jessie) no gustó demasiado, Toy Story 2 arrasó con todo e incluso se alzó con el Globo de Oro a la mejor película comedia/musical.
El legado de los muñecos de Andy estaba a salvo. De momento.



4- Monstruos, S.A. (2001)


Con el nuevo milenio la competencia se puso las pilas y comenzó a lanzar películas infantiles acordes a los nuevos tiempos. Pero ahí estaban los magos del flexo para volver a sorprender a la platea. Su magia nos trajo un relato sobre dos criaturas que trabajan como asustadores en una fábrica que usa los gritos de los niños como energía... toma ya. ¿De dónde diantres sacan a los guionistas? ¿Es que acaso los tiran a una marmita de originalidad? 
Poco más se puede decir que no sepamos de Mike, Sulley y Boo. Su clímax en el depósito de puertas se considera uno de los mejores momentos en la historia de Pixar. Como curiosidad, perdió contra Shrek el primer Oscar que se condecía a una película de animación. No será porque yo estuviera de acuerdo ¡caramba!
Apuesto a que la llamada de la naturaleza se disfrazó de Boo e hizo que muchos quisieran ser padres si con eso criaban a alguien como ella, capaz de enternecer hasta al monstruo más fiero. Aún no había llegado a las pantallas Buscando a Nemo para aterrorizarnos con Darla...


5- Buscando a Nemo (2003)

 
En opinión de quien esto escribe, Buscando a Nemo es la obra maestra absoluta de Pixar. CINE con mayúsculas aunque lo que se vea en pantalla sean unos cuantos bocetos coloreados (así pensara quien no sea amigo de los dibujos animados).
Por algo es la cinta de animación, no secuela, más taquillera de la historia, sólo superada por otra obra eterna: El Rey León
A veces deseo convertirme en un pez y viajar hasta la calle Wallaby 42, Sidney si de esa manera consigo encontrarme por el camino con alguno de los maravillosos personajes que se cruzan en la odisea de Marlin y Nemo. Sobretodo con esa roba escenas nata que es la olvidadiza Dory, quien se ha ganado a pulso una secuela centrada en ella titulada Buscando a Dory.
Si aún no has visto esta oda al amor paterno-filial ¿a qué estas esperando? Como poco te servirá para aprender a hablar un nuevo idioma.



6- Los Increíbles (2004)


Ante la avalancha de superhéroes en la gran pantalla, las mentes pensantes de Pixar decidieron darle una vuelta de tuerca al tema y crearon a los Parr, una familia poco común con habilidades... digamos que especiales. Algo así como el Kick-Ass animado aunque sin desmembramientos ni sangre de por medio.
De nuevo consiguieron aúnar protagonistas carismáticos con secundarios imprescindibles como son Edna Moda y Síndrome. Debería haber una facción de la compañía que se dedicara exclusivamente a crear películas basadas en esos secundarios que tanto nos gustan.
Los Incréibles es el mejor ejemplo de que sin unos personajes a la altura, no hay tu tía. Aquí la acción es estupenda, pero lo realmente genial es todo lo relacionado con la familia Parr, sus desavenencias, sus problemas, sus disputas y (siendo cursi) su amor incondicional.


7- Ratatouille (2007)



Una rata callejera ama la cocina y su principal deseo en la vida es convertirse en un chef de renombre. ¿Puede tener un largometraje un argumento más adorable? Es una lástima que cuando uno se encuentra a un roedor nunca piense en Remy y pase a modo aniquilador automáticamente... o a modo espantada veloz.
Personalmente habría apostado por ubicar la historia en España y que el protagonista hubiera sido fan de Arguiñano y de sus chistes. Así podríamos haber visto cómo se preparaba un pulpo a la gallega o unas gulas sin tener ni idea, sólo ayudado por la mano experta de una rata. Claro que entonces habría que haber incluído a Alberto Chicote en el guión y la película habría sido demasiado cañí.
Afortunadamente nada de eso ha pasado y Ratatouille sigue siendo a día de hoy uno de los títulos más elegantes y cuidados visualmente de la factoría de sueños creada por Steve Jobs (sí, el genio de Apple).



8- Wall-E (2008)

 

Resulta llamativo que a pesar de ser prácticamente una película muda en su primera hora, Wall-E fuera un éxito mundial de público y crítica. Los niños seguramente agradecieron que el tono variara hacia lo infantil en el desenlace, porque sino habrían salido del cine más confundidos que Dinio en la noche.
Todo el conjunto es perfecto, pero nadie duda de que ése largo prólogo sin diálogo es un auténtico homenaje al cine y una demostración de que a veces una imagen vale más que mil palabras. De nuevo Pixar había logrado lo imposible, dotar de vida a seres que no la tienen y hacer que creamos en una historia de amor surrealista.
Es más, el film contiene la crítica más agresiva y acertada de todas hacia una sociedad que poco a poco está olvidando lo que es vivir y se está conformando con sobrevivir.


9- Up (2009)


Up o cómo crear una historia protagonizada por un abuelo y un niño sin morir en el intento. Si la película hubiera sido en imagen real, estaría posicionada entre las mejores de la historia... espera espera, que de hecho ya lo está. Y es que aunque sea por esos primeros diez minutos que resumen la vida del anciano Carl Fredricksen ya merece la pena verla.
Si no te dio envidia el momento en el que la casa sale volando gracias a los globos, háztelo mirar, porque el aventurero que hay dentro de tí se ha ido a fumarse un cigarrito y puede que no vuelva.
Agradecemos profundamente que el niño coprotagonista no resultara irritante, pero hacemos un llamamiento para que ¡dejen de cargarse a los personajes femeninos!


10- Toy Story 3 (2010)


11 años después de Toy Story 2 llegaba el cierre de la trilogía y con él, las dudas. ¿Y sí nos decepcionaban y echaban por tierra dos peliculones? ¿Y si el villano en esta ocasión era Gusiluz?
Bueno, creo que todo el mundo sabe que ocurrió todo lo contrario. La película amasó tanto dinero que yo creo que habrían podido financiar un proyecto científico e intentar dar vida a sus personajes. Pero lo más importante fue que terminó una historia de forma magistral. Hizo que todos nos sintiéramos culpables por haber regalado o tirado nuestros juguetes a la basura.
Como en la vida, la trilogía evolucionó hacia la madurez y alcanzó su cénit en esta entrega en la que comprobamos que nada es para siempre y que todo es más bonito cuando hay un principio y un final. Quién nos iba a decir que derramaríamos alguna lagrimilla cuando vimos a Woody y a los demás a punto de ser engullidos en el vertedero.
Toy Story 3 fue la última obra maestra de Pixar. Pero seguro que no será la última. 





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