Yo también quiero uno
Crítica Ted
Resulta curioso contarle a tu
madre que te vas con un amigo al cine a ver una película sobre un osito de peluche. Así que le dije que era mi amigo quien quería verla y que yo amablemente le acompañaba. A primera vista, parece que vaya a ver un spin-off del malvado Lotso abracitos de Toy Story 3. Pero nada más lejos de la
realidad. Ted es un film ácido,
divertido, irreverente y aunque no os lo creáis, en ocasiones tierno.
Lo primero de todo, he de
decir que la vi en versión original. No se cómo será en castellano con la voz
de Santi Millán, pero un pajarito me ha dicho que es una traducción un poco de
andar por casa en algunos momentos de la película.
Desde la primera escena se
nota la mano del creador de Padre de
Familia. Lo que en un principio parece una producción infantil, se torna
rápidamente en una crítica a esas mismas películas pastelosas y noñas que hemos
visto mil y una veces.
Pero ahí no queda la cosa y
el dulce Ted, acompañado por unos
excelentes Mark Wahlberg y Mila Kunis (cada vez más guapa), acaban por no dejar
títere con cabeza. Mención especial para los judíos, siempre en el punto de
mira.
En general, el ritmo no decae
y la película se disfruta con facilidad, aunque también es verdad que hay
momentos puntuales en los que a Seth Macfarlane se le va la olla y desvaría un
poco de la trama.
Pero se trata de un fallo
perdonable, sabiendo que el director está acostumbrado a hacer eso mismo en el
show protagonizado por Peter Griffin.
Sin darte cuenta llegas al
momento que toda comedia, con romance de por medio, sufre: el enfado de los
enamorados. Esa es la parte que más miedo me da, pues la cinta suele acusar el
cambio de lo gracioso a lo serio. No se porqué, pero la mayoría de las veces, películas
que se podrían definir como “gamberras” acaban convirtiéndose en El diario de Noah y abandonando su
esencia. Y me encanta El diario de Noah,
pero porque es un film romántico de principio a fin. No se traiciona a sí
mismo. Menos mal que Ted, aunque también cae en ese error, se sobrepone
rápidamente.
Creo que en general, sales
del cine con un buen sabor de boca y habiendo disfrutado de hora y media de
entretenimiento y evasión. ¿Y quién dijo que eso fuera malo?.
En resumen, si no os gusta
Padre de Familia (la mayor influencia del film) y sois de los que os indignáis
con facilidad por determinadas bromas o aborrecéis los chistes de mal gusto,
mejor quedaros en casita y alquilaros Pretty Woman. A decir verdad, con esperar
un poco, seguro que echan la cinta de Julia Roberts en televisión. Y por
supuesto, tampoco vayáis a ver El dictador.
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