martes, 29 de enero de 2013

Crítica: Lincoln

¿Existe alguien así?



Crítica: Lincoln


 

Me costó convencer a algun valiente para que me acompañara a ver el nuevo trabajo de Spielberg. Reconozco que no es perfecto y que algunas de sus películas me han resultado decepcionantes (Caballo de batalla, La terminal, Inteligencia Artificial) e incluso horrorosas (gracias a Dios sólo puedo recordar aquel insulto llamado Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal).
Pero aun así siempre confío en que el firmante de Salvar al soldado Ryan nos sorprenda con una nueva obra maestra. ¿Ha sido así en esta ocasión? Pues va a ser que no, aunque el resultado haya sido más que positivo.


Plasmar en imágenes los momentos cumbre de la vida de uno de los presidentes del país más poderoso del mundo no es tarea fácil, a pesar de que el elegido haya sido Lincoln, famoso por conseguir abolir la esclavitud hace ya 150 años. ¿Qué incluyes y qué dejas fuera del metraje? ¿Te posicionas de su lado o tratas el tema desde una perspectiva más crítica? 

Tony Kushner (el guionista) se decanta por los últimos años del mandatario y nos lo presenta como si de Ghandi se tratase. De hecho un Gandhi un tanto pedante, pues son numerosas las escenas en las que Abraham Lincoln se dedica a soltar discursos elocuentes, frases para la historia y reflexiones ante cualquiera que se le ponga delante. A veces dan ganas de decirle "que sí, que hablas muy bien y te explicas aún mejor, pero... ¡calla un poco!". Incluso haciendo chanchullos para sacar adelante la 13ª enmienda dan ganas de darle un abrazo. Es más, sólo recuerdo un instante en el que nos lo muestran irritado y haciendo uso de su poder; y para entonces ya le hemos canonizado.


Eso no quiere decir que Daniel Day-Lewis no esté de Oscar, como es habitual en él. Además le acompañan un buen puñado de secundarios de la talla de Sally Field, Tommy Lee Jones y Joseph Gordon-Levitt, que mejoran el conjunto sobremanera. Quizás se echa en falta algo más de ración de la vida personal del presidente y no tanto de la profesional. Se nos cuentan muchos detalles sobre él y su familia, pero la mayoría de pasada, como la muerte de uno de sus hijos o su propio asesinato. 

Rompiendo una lanza a favor de esa decisión de centrarse en la escena política, Steven Spielberg consigue que resulte interesante el proceso de abolición de la esclavitud e incluso que haya momentos bastante emocionantes. 
Claro, que por muy apasionante que sea la historia, tres horas se hacen (cuanto menos) largas. Y es probable que más de uno acabe perdido con tanto personaje carca, ya sea republicano, demócrata o de la madre que lo parió.

Si lo que quieres es ir al cine a distraerte y no tener que pensar, huye de Lincoln más rápido que Harrison Ford en El fugitivo, porque se te hará muy pesada e interminable.

En definitiva, estamos ante un trabajo sobrio, eficaz, bien narrado, mejor interpretado y magistralmente ambientado que tiene sus mayores defectos en su duración; su ritmo, excesivamente lento en ocasiones y su reiteración en lo grandioso de la figura de Mr Lincoln.  



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