Spain is different
Curiosidades de la gala de los Premios Goya
Si es que somos únicos. ¿Qué gala sino Los Goya se tornaría en un mitin en vez de ser una fiesta dedicada al cine? ¿Qué gala sino Los Goya haría un popurrí de sobres para que los presentadores se confundieran? Al menos este año no hubo ningún espontáneo que saltara al escenario para tener su momentito de gloria. Claro que entonces no sería tan divertido comentarla.
Para empezar, resultó sorprendente que Eva Hache estuviera un tanto desacertada. Normalmente sus monólogos y actuaciones son excelentes, pero ayer no fue su día. Quizás porque le tocó bailar con la más fea... es decir, la situación actual del país. Puede que fuera para no defraudar a quienes le pedían una gala movidita, pero su empeño por ser reivindicativa y lanzar puyas a discreción reiteradamente acabó resultando de lo más cansino y repetitivo.
Menos mal que por allí pasaban los chicos de Muchachada Nui recordándonos que la ceremonía era un homenaje al cine patrio de 2012, ya que por momentos no lo parecía.
Como varios actores y directores dijeron en la alfombra roja, está muy bien expresar tus opiniones y denunciar lo que tu crees injusto; pero no en la gala de Los Goya. No era la ubicación ni el instante propicio, pues lo único que se ha conseguido es que casi nadie hable de cómo Blancanieves arrasó con 10 premios o del (increíble pero cierto) primer Goya a mejor actor para José Sacristán.
En su lugar, uno de los dos momentos más comentados fue cuando Candela Peña subió a recoger su galardón y a punto estuvo de sacar una metralleta para cargarse a quien pillara por allí. Menos mal que el ministro Wert estaba bien lejos porque de lo contrario el escenario se habría convertido en Million Dollar Baby.
(Discurso incendiario)
Ya que estamos con la protagonista de Princesas, aprovecho y saco el tema de los sobres. Parece ser
que algún iluminado tuvo la maravillosa idea de dejar encima del atril donde se anunciaba a los ganadores los sobres con los nombres de los nominados que no podían asistir a la gala y de la persona que lo recogía.
Como se puede ver en la imagen, en el caso de Candela Peña no se equivocaron al leer el ganador (o eso dicen) pero la actriz cogió en su agradecimiento la cartulina que no era y se pudo leer el nombre de su rival, creando la consiguiente confusión. Ya hay rumores difundidos por los amantes de la conspiración que apuntan a que hubo tongo y premiaron a Peña para que diera la nota... bienvenidos a L.A. Confidential (¡que venga Russell Crowe a poner orden!).
Pero ese no fue el sobre de la discordia sino el que ha convertido a Adriana Ugarte y Carlos Santos en personajes de fama mundial... bueno, quizás sólo nacional. Gracias a ellos muchos espectadores seguramente se taparon la cara de la vergüenza ajena que les invadió al ver semejante ca****. Eso, o se echaron unas risas a costa de los pobres presentadores.
No pensarían lo mismo los falsos vencedores, que tuvieron que volver a sentarse ante la cara de asombro del resto de la platea. Tal sería su cabreo que abandonaron la ceremonia tras la humillación sufrida.
(momento surrealista de la gala)
Un poco esa fue la sensación que se le quedaría a Pablo Berger, director de Blancanieves, al ver como su film arrasaba con 10 premios mientras el de mejor realizador se le escapaba de las manos. El afortunado fue J. Bayona por hacer lo imposible con Lo imposible (no he podido evitar este magnífico juego dialéctico). ¿Por qué? pues básicamente porque su película es la más taquillera de todos los tiempos en España, muy por delante de Los Otros, que ocupa el segundo lugar.
Todo apunta a que su Goya es un reconocimiento a dicha hazaña. Eso sí, por mucho que se consideren españolas, tanto Lo imposible como la cinta de Amenábar están rodadas en inglés y protagonizadas por estrellas internacionales. Vamos, que nos siguen tirando más dos tetas (los actores de Hollywood) que dos carretas.
A Bayona debe ser que no le gusta que le regalen cosas repetidas porque al parecer quiere hundir su nuevo Goya (ya tiene otro por El Orfanato) en el fondo del mar, en homenaje a las víctimas del tsunami de 2004.
Mucho menos dinero ha hecho desgraciadamente la versión flamenca del cuento de los Hermanos Grimm. Si ya es difícil que la gente vaya al cine a ver un film convencional, animarles a que lo hagan para disfrutar de 90 minutos de película muda y en blanco y negro resulta más complicado que entender 2001, Odisea en el Espacio. Mismo caso que El Artista y la Modelo, que encima está rodada en francés y protagonizada por un anciano. De las ¡13 candidaturas! a las que optaba, el último trabajo de Fernando Trueba se ha llevado... cero.
Cambiando de tema radicalmente, ¿nadie ha pensado en poner como norma que sólo hable uno de los ganadores? Entiendo que sea muy emocionante el momento, pero escuchar tropecientas veces lo mucho que fulanito quiere a mamá y a papá e interminables dedicatorias a Puri, Pilar, Antonio, Luisma, J.C y la Biblia en verso convierten la gala en una secuela de Bailando con Lobos.
Ni tanto ni tan poco, porque la mayoría de los que entregaban un Goya casi ni decían "buenas noches". Les pagarán por cada palabra que (no) pronuncian porque llegaban al atril y soltaban directamente "los nominados son..." Qué sosos, la leche. Que aprendan de Concha Velasco, que con 73 años se marcó un baile de lo más decente y animó un poco el cotarro.
Como quiero predicar con el ejemplo, lo bueno si breve, dos veces bueno. No quiero terminar sin recomendaros la cuarta nominada a mejor película este año: Grupo 7. Incluso Mario Casas no desentona.
El año que viene más y mejor con una nueva ceremonia cañí que nos distingue de todas las demás. Spain is different.
Todo apunta a que su Goya es un reconocimiento a dicha hazaña. Eso sí, por mucho que se consideren españolas, tanto Lo imposible como la cinta de Amenábar están rodadas en inglés y protagonizadas por estrellas internacionales. Vamos, que nos siguen tirando más dos tetas (los actores de Hollywood) que dos carretas.
A Bayona debe ser que no le gusta que le regalen cosas repetidas porque al parecer quiere hundir su nuevo Goya (ya tiene otro por El Orfanato) en el fondo del mar, en homenaje a las víctimas del tsunami de 2004.
Cambiando de tema radicalmente, ¿nadie ha pensado en poner como norma que sólo hable uno de los ganadores? Entiendo que sea muy emocionante el momento, pero escuchar tropecientas veces lo mucho que fulanito quiere a mamá y a papá e interminables dedicatorias a Puri, Pilar, Antonio, Luisma, J.C y la Biblia en verso convierten la gala en una secuela de Bailando con Lobos.
Ni tanto ni tan poco, porque la mayoría de los que entregaban un Goya casi ni decían "buenas noches". Les pagarán por cada palabra que (no) pronuncian porque llegaban al atril y soltaban directamente "los nominados son..." Qué sosos, la leche. Que aprendan de Concha Velasco, que con 73 años se marcó un baile de lo más decente y animó un poco el cotarro.
Como quiero predicar con el ejemplo, lo bueno si breve, dos veces bueno. No quiero terminar sin recomendaros la cuarta nominada a mejor película este año: Grupo 7. Incluso Mario Casas no desentona.
El año que viene más y mejor con una nueva ceremonia cañí que nos distingue de todas las demás. Spain is different.
Diegoooo por supuesto no podian faltar los Goya.
ResponderEliminarBuen post!! he estado hechando un vistazo ya van unos cuantos.
los videos no podian faltar jeje recuerdo para la historia. No sabia que habian abandonado con el error del ganador. Claro... que no me extraña, pobres :(
Y por favor claro que Mario casas no desentona, ni en esa peli ni en ninguna :p